El silencio y la ley del hielo

La ley del hielo se conoce como la conducta o conjunto de comportamientos que buscan el ignorar a otra persona

Indiferencia

«El peor pecado contra nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia, esa es la esencia de la inhumanidad».

William Shakespeare

Herramienta de manipulación

En cualquier conflicto, la solución no se encuentra en dejar de hablar, sino justo en lo contrario, en tender puentes de diálogo y, aunque el silencio resulta saludable en algunas ocasiones, por ejemplo, cuándo nos encontramos demasiado exaltados o sentimos ira, porque bajo estas circunstancias es mejor reservarse un espacio en el que poder calmar los ánimos y evitar la posibilidad de herir a la otra persona antes de enfrentarnos a una conversación, a la contra, el silencio también puede convertirse en un instrumento de tortura muy efectivo.

 

Es el caso del silencio que emplea el narcisista para castigar o conseguir que su víctima “se rinda”.

 

Dejar de hablar a alguien es un método muy efectivo de castigo emocional. Los narcisistas son muy dados, de hecho, a emplear esta herramienta para expresar su enfado y como método de manipulación y chantaje para conseguir que la otra persona acabe aceptando sus deseos.

 

Emplean el silencio como castigo.

Ignorar a alguien

Lucha de poder

Con su silencio, el narcisista, se hace con la situación y su víctima, generalmente con la autoestima ya muy minada, se encuentra en una situación en la que, la confusión y la culpa, aparecen. El silencio introduce una mayor tensión en cualquier conflicto, una tensión que, con plena consciencia, es empleada por el narcisista para ubicar a la otra persona en un limbo insoportable.

 

El narcisista no tiene la menor intención de resolver el conflicto dialogando, sino que se vale de esta situación estresante para acabar sometiendo a la otra persona a su voluntad, dándola a entender que no va a ceder de ninguna manera, que debe disculparse o actuar de la forma que desea y que, mientras eso no sea así, no va a ceder.

 

En definitivas cuentas, el silencio debe ser asumido como un castigo por la victima del narcisista y esta debe reconsiderar su actitud. Es decir, se convierte claramente en una manipulación emocional.

 

El narcisista sabe de sobra que el silencio puede resultar sumamente violento y que, su actitud pasivo-agresiva, es incluso más dañina para el otro que una agresión directa, precisamente porque el silencio es susceptible de cualquier interpretación.

¿Qué es La ley del hielo?

Este recurso del silencio como maltrato es una dinámica, a priori infantil, pero que, en el narcisista, cobra tintes siniestros.

 

La estrategia de: ahora te quiero y a la media hora hago como si fueras invisible, funciona como refuerzo de la relación toxica, pues con esta dosificación fríamente calculada, consiguen mantener al otro en un estado de incertidumbre emocional que termina por desgastar y minar todavía más la autoestima del otro.

 

El narcisista se hace dueño de la situación y controla los tiempos ejerciendo su poder sobre el otro.

¿Te aplican la ley del hielo?

Este recurso del silencio como maltrato es una dinámica, a priori infantil, pero que, en el narcisista, cobra tintes siniestros.

 

La estrategia de: ahora te quiero y a la media hora hago como si fueras invisible, funciona como refuerzo de la relación toxica, pues con esta dosificación fríamente calculada, consiguen mantener al otro en un estado de incertidumbre emocional que termina por desgastar y minar todavía más la autoestima del otro.

 

El narcisista se hace dueño de la situación y controla los tiempos ejerciendo su poder sobre el otro.

 

  • A pesar de que estos comportamientos suelen aparecer cuando se produce algún tipo de conflicto entre dos personas, generalmente, en los casos en los que el silencio es empleado como herramienta de poder para controlar al otro, la víctima ni siquiera sabe que existe tal conflicto.

  • Si alguien nos niega la palabra o nos ignora, está ignorando también nuestras necesidades y, cuando no existe aclaración al respecto, es una forma clara de violencia pasiva.

  • La frialdad del narcisista desvaloriza nuestros sentimientos y nuestra demanda de dialogo, haciendo que aparezca la culpa y otros sentimientos confusos como “soy demasiado insistente” o “demando demasiado”.

  • La extensión en el tiempo de este vacío es una tortura psicológica real, pues a la víctima se le niega la información de lo que ocurre o se le proporciona de forma enrevesada o vaga, haciéndola dudar de su propia realidad.

  • Esta situación, además, suele ir creciendo, pues a mayor incertidumbre, mayor es la necesidad de la victima de salir de la situación y mayor es el poder del narcisista sobre ella.

  • Se termina por caer en un bucle de culpa intentando encontrar explicación a los silencios.

Efectos psicológicos ley del hielo

Efectos psicólogicos

No podemos caer en la justificación de este tipo de actitudes, el narcisista siempre buscará razones más o menos fundadas que justifiquen su comportamiento, evitando clarificar ese vacío emocional, precisamente porque es su herramienta de control e, inclusive, puede llegar a erigirse como víctima de un posible acoso por parte de la víctima.

 

Los efectos psicológicos de la “Ley del hielo” son devastadores y debemos tener claro que, el narcisista lo sabe y se vale de ellos para seguir controlando la situación

  • La persona que sufre el silencio ve afectada de forma terrible su autoestima, porque además de ser ignorada, normalmente es acusada de provocar al narcisista con su insistencia.

  • Además del gran dolor emocional de este vacío, la victima siente incertidumbre e impotencia, lo que sirve como refuerzo negativo.

  • Es por ello que, tenemos que no podemos caer en la trampa del silencio, pues no es más que otra forma de abuso psicológico y un arma muy poderosa que tiene como finalidad controlar, castigar y humillar.

  • La ley del silencio provoca estrés emocional y traumas, puede llevar a la depresión y es siempre síntoma de que la relación es tóxica y abusiva.

  • Esa montaña rusa emocional genera, además sentimientos de ira, miedo, angustia, indefensión y culpa.

Por este motivo, debemos ser muy conscientes para no caer en la trampa y tener claro que, en cualquier conflicto, por muy complicado que parezca, cuando una relación es saludable, siempre existe voluntad de acercamiento y comunicación por ambas partes.

 

Los conflictos no desaparecen porque una de las dos partes lo ignoren, al contrario, ese es el momento en el que, los silencios, comienzan a transformarse en una retorcida forma de sometimiento.