Un narcisista, psicópata o sociópata, en femenino igual, tiene algo que a ti como empático te sorprende: una absoluta e insaciable sed de energía. Esta es su alimento, no puede vivir sin ella, pero no la tiene de manera natural, tiene que absorberla de alguien. Son vampiros emocionales y hoy voy a explicarte cómo sacan esta energía de sus presas.  

Coge la estaca, psicopkiller, ¡vamos a cazar vampiros!

 

 

El vampiro emocional narcisista 

 

Piensa en Drácula, un ser que se presenta como atractivo, carismático, seductor y un engendro del infierno que se mantiene fresco y sano por chupar la sangre de sus víctimas. Si no es expuesto al sol o se le clava una estaca en el corazón, el vampiro no puede morir. Si no encuentra sangre de la que alimentarse, no morirá, pero desfallecerá hasta tal punto que no podrá mantener su aspecto saludable. Eso le incapacita para salir de caza por las noches y lograr más víctimas. 

 

Para poder renovar “su despensa” debe presentarse al mundo con su mejor cara. Si la sangre falta, entra en una búsqueda desesperada por lograrla. Es posible que en ese caso ataque y parasite a los fieles que tiene cerca (como el mayordomo que resuelve sus asuntos diarios) aunque no sean víctimas apetecibles para eso porque cumplen otra función. Pero es capaz de sacrificar eso sin miramientos si es necesario.  

 

Dicho de otra forma, son capaces de atacar a sus conocidos, compañeros de trabajo y familiares si se da el caso. ¿Has sufrido el abuso emocional de un engendro? Pues has caído en manos de Drácula.  

 

 

Lo que el narcisista busca en sus víctimas  

 

El engendro necesita energía. Esto le permite manipular y tener poder sobre las personas. Ejercer el poder sobre los demás es el fin en sí mismo porque le hace sentirse superior a todos.  El narcisista se cree en derecho de controlar cuándo una víctima es feliz, cuándo llora, lo lejos que la va a permitir llegar y cómo tiene que atenderle. Desea la sonrisa de la víctima en el love booming y oírla decir lo mucho que significa para ella. Tiene el control de esa alegría 

 

De la misma manera, tiene el poder de dejar a la víctima caer en picado, hacerla arrastrarse y suplicar cuando está en devaluación, triangulación y descarte. Y ellos se sienten los amos por ser capaces de manipular a las personas. Y todo esto lo logran gracias a sus engaños. La víctima del vampiro piensa que ha encontrado a una mujer atractiva que sólo sale de noche y cuando esté hechizado hasta la coronilla, ella clavará los colmillos en su cuello para chuparle toda la vitalidad a través de su sangre.  

 

Una mujer encontrará a un vampiro seductor que hará de todo para llevarla a su terreno, seducirla y allí tomar de ella lo que necesita. Ninguna víctima puede imaginar lo que le espera porque ha caído fulminado ante los encantos del depredador. Es un juego demoníaco donde la persona empática lleva todas las de perder pues no se imagina que están jugando con ella.  

 

 

La pérdida total de energía vital 

 

El vampiro emocional te mete en su campo y, cuando se asegura de que te tiene completamente hechizado, juega contigo para tener una respuesta emocional tuya. Si hace cosas que te complacen, recibirá esa energía de tu parte mediante halagos (eres un ser maravilloso). Si te hace llorar, gritar o insultar, recibirá toda esa energía negativa por tus insultos (eres un ser de mierda). Ambos comportamientos lo viven como el gran poder que ejercen sobre la víctima, sabiendo que pueden llevarla de una emoción a otra con sólo un pequeño gesto.

 

Lamento decirte que, en este estado, eres poco más que un zombi.

 

 

No todas las presas caen de la misma manera 

 

Un vampiro con una víctima recurrente (puede ser su pareja o amante fij@) no se beberá toda su sangre del todo. Eso lo hacen con quienes no le interesan tanto y sólo satisfacen una necesidad pasajera. Cuando el vampiro emocional encuentra una víctima verdaderamente interesante, chupa su sangre poco a poco, la va debilitando. Esto es como cuando te comes un bombón y lo saboreas el tiempo que puedas hasta que se acabe…  (Pensará: «La sangre de este humano está para chuparse los dedos»).

 

El monstruo sabe que, antes o después, esa energía vital ya no será tan apetitosa y tendrá que dejar marchar a la víctima para que la sangre fresca vuelva regenerarse y fluir. Y ahí es cuando se produce el descarte. El vampiro te ha consumido tanto que ya no eres capaz de reaccionar: no te crees sus halagos y ya no lo alabas, y tampoco te queda energía para llorar, recriminar o gritar. Debe dejarte ir para que te recuperes y vuelvas a tener esa vitalidad que tanto desea robarte. Sin embargo será tan cruel en hacerlo como le sea posible (pobre engendro, es solo gentuza basura y no lo puede evitar).  

 

Entonces el vampiro se cepillará los colmillos diciendo: “Ja, ja, ja, en 2 meses (3, 7, 1 año, 2 semanas…) estará de nuevo fresco, delicioso y deseando saber por qué le he hecho esto. Chupando energía soy un crack”. Y se irá a chuparle la sangre a otra víctima porque no quiere morir de hambre, la que, recuerda, ya tiene prevista y conquistada antes de tu descarte (en la gran mayoría de los casos). 

 

 

Más información práctica para psicopkillers

 

Psicopkiller, piensa en los narcisistas, psicópatas y sociópatas como vampiros emocionales y no pueden curarse, sólo morir. Si consigues desenmascarar públicamente a un narcisista (exponerlo al sol como un vampiro) perderá parte de su poder, pero solo si consigues que te crean. Pero ellos se habrán adelantado a ti y te habrán dejado de loco perturbado para que nadie se tome en serio tus palabras. Por eso, es más difícil acabar con un psicópata o narcisista que con Drácula.

 

Ellos saben y controlan el juego en el que te han metido sin tú saberlo, por eso siempre te llevarán ventaja. 

(Próximamente, tipos de vampiros y tipos de presas).  

Por eso, si un vampiro te sorprende por la noche, solo puedes hacer una cosa: ¡CORRE! 

Vídeo de «Psicópata trastornada-mental (videoclip)»

 

No estás sol@. 

Psicopsiquis somos tod@s. 

C.R.F. Superviviente al apocalipsis narcisista