Encerrado entre paredes blancas me hallo en una cama fría con sábanas del mismo tono. Observo dándome cuenta que estoy en  la habitación de un hospital. 
Interiormente no siento frío, tampoco siento calor, tan solo me siento sólo. Escucho el sonido del electro al que estoy conectado que va acompasado por mi respiración. Medio consciente  y medio inconsciente, empiezo a rebuscar entre mis pensamientos.

 


En ensoñación te encuentro en un campo abierto de cielo despejado y césped verde pera, estás sentada junto a mi, yo estoy recostado igual que en esta cama, apoyando mi cabeza sobre tus piernas tatuadas con esos dibujos que me vuelven loco y tapando tu frase de la pierna izquierda dónde pone. ¡Vive deprisa y deja un cadáver bonito! Te observo pletórico.
Tu pelo está brillante, rubio, largo. Se bandea suave y libre con la brisa que acaricia todas tus puntas moviéndolas como trigo mueve el viento.

 


Llevas un vestido negro  con dibujos grandes de lunares rojos… Me encanta como te sienta, los hombros al aire, un escote que deja ver la parte superior de tus senos y una falda corta dejando al aire tus firmes y perfectas piernas artísticamente impregnadas de tintas creativas. Me sonríes arqueando el labio superior hacia abajo y achinas los ojos mientras me miras. 

 


Supongo que estarás pensando en que soy un bobo, un idiota sentimental por hacer de una imagen tan sencilla algo tan poético. Pero mi intuición a la vez me dice que te sientes llena, plenamente satisfecha, superior, cargada energéticamente al poder embrujarme con tan solo con un simple gesto. Mientras me miras y sin dejar de sonreír, a modo de juego perverso, coges una margarita del entre la hierva y me la enseñas. Me guiñas un ojo y empiezas a deshojarla lentamente.

 


Es muy raro, siempre había visto el juego de la margarita como un intento de reafirmación de la persona enamorada para averiguar si la persona por la que tiene sentimientos la quiere, o no  la quiere.  Sin embargo, tu hiciste el juego diferente, empezaste a deshojarla lentamente diciendo en voz alta y de una manera muy sexy. -le quiero¨,-no le quiero¨, -le quiero¨, -no le quiero¨, -le quiero, -no le quiero…

 


Cuando quedaba la última hoja me miraste buscando la complicidad en mis ojos y con las yemas de tus dedos separaste la última hoja  del estambre.
Seguidamente dijiste y con voz muy suave dijiste: -¨le quiero¨… y ese último pétalo lo pusiste sobre tu labios. Con la boca entreabierta y cerrando tus ojos seductores, manipuladores, cautivadores color ámbar, te acercaste lentamente para besarme. Cuando tu boca se encontraba a tan solo un centímetro de mi boca , empecé a confundir el sonido de mis latidos, excitados, emotivos, descontrolados… con un pitido agudo que salía del electro al que estaba conectado.,,  Como un susto en la conciencia, sin esperarlo, sin premisas, recibí una bofetada seguida de  una voz fría y metálica que me dijo imperativamente… ¡Despierta!

 


Al despertar violentamente, allí estabas tú, Carola, sentada junto a mi cama… Me miraste a los ojos y me dijiste, -¡despierta idiota, vamos, despierta!: No te he querido, no te quiero y nunca te querré, ¡deja de soñar!. No sé lo que es el amor y nunca, nunca, nunca, podré amar. Sólo puedo llenarme con las emociones de la gente inocente. Para eso he venido a este mundo, por eso estoy aquí. 


Hoy tengo tus emociones, , mañana, las encontraré en otro lugar. Es lo único que  me mueve, me nace, me hace sentir bien, viva, consciente, tranquila, con paz…

MALDITA NARCISISTA!

ANÓNIMO

Vídeo de «Maldita narcisista (Vídeo-relato)»

No estás sol@

PSICOPSIQUIS somos tod@s