La mayoría de las víctimas que pasan por la consulta de Psicopsiquis se dan cuenta de lo mucho que han perdido durante el tiempo que ha durado la relación, llegando a sentirse un zombie emocional. Aunque en principio solo se valoran los daños tras el descarte, la mejor prueba que hay de que la relación no funcionaba la tienes en tu comportamiento anterior. Aquí te cuento lo que te estaba pasando en realidad. 

 Psicopkiller, ¡vamos a machacar a esas cucarachas! 

 

 

Nadie se convierte en zombie de la noche a la mañana 

 

Psicopkiller, estos monstruos son buenos, muy buenos jugando a su juego macabro, tanto que consiguen absorber a sus víctimas y apartarlas de su vida y entorno sin ni siquiera pedírselo (directamente). Después de todo, llevan practicado desde la adolescencia o incluso antes, han tenido años y decenas de víctimas para depurar la técnica. 

 

El ciclo de abuso se desarrolla en love boombing, maltrato, triangulación, descarte y hoovering (que puede tardar en llegar meses o años). Luego el ciclo vuelve a empezar y se irá repitiendo hasta que tú digas: “¡Basta YA!”. 

Sin embargo, las consecuencias de la relación comienzas a sufrirlas entre el love boombing y el maltrato. Esto es lo primero que va a ir pasando: 

  • Solo vives su vida 
  • Socialmente dividido
  • De persona a zombie 
  • Zombie emocional 

 

 

Solo vives su vida

 

Durante la etapa del love bombing estabas feliz, sonreías, querías estar guapo, tenías ganas de vivir. Posteriormente, y tan levemente que ni siquiera te diste cuenta, dejó de apetecerte hacer cualquier cosa. Es posible que dejases las clases de baile, de dedicarte a pintar en tus ratos libres e incluso abandonar ese pequeño proyecto que estabas emprendiendo. 

 

Esto es porque el psico o narci, te ha metido en su mundo de caos en el que él/ella es la única prioridad. Tú no te das cuenta, pero has dejado todo eso porque eran aficiones que te tenían ajeno del dominio del monstruo y se ha empeñado en, o compartirlas contigo, o en que las abandonases… No vaya a ser que te despistases y te dieses cuenta de que había vida más allá de la relación. El narcisista quiere convertirse en el centro de tu mundo y evita que seas capaz de pensar en otra cosa. 

 

 

Socialmente dividido

 

Además de las actividades, las relaciones sociales y familiares no se van a librar del dominio. El monstruo tratará de aislarte socialmente. Por un lado, te dejará indefenso para evitar que alguien te dé con la verdad en la cara y te des cuenta de la clase de bicho que te has echado de pareja, por otro lado, conseguirá que le den la razón dejándote totalmente desacreditado. 

 

Si estás rodeado de gente que te quiere, es posible que se preocupen por ti y vean más allá de la relación. A las personas cercanas, como familiares o amigos íntimos, tratarán de lavarles el cerebro para que estén en tu contra. Mientras le hace love boombing para metérselos en el bolsillo, observará y encontrará cómo poder difamarte ante ellos aprovechando los reproches o quejas que estas personas tengan hacia ti. 

 

Por ejemplo: si a tu familia le molesta que llegues tarde, justificará su mal comportamiento contigo contando que te ha estado esperando dos horas, que lo has dejado tirado en una cita importante llegando bastante después, que no puede contar contigo para ir al cine, al teatro, etc. Sinceramente, puede que te retrases, pero todos los argumentos estarán más que hinchados o serán mentira. Comenzará a hacerte “bromas” sobre eso ante tu familia y luego lo usará contra ti. 

 

Si tienes hijos, se quejará del poco tiempo que le dedicas o, simplemente, estará llamando constantemente tu atención, como un niño pequeño más (buaaaa buaaaa, éeeeeechame cuenta, que yo soy el auténtico centro del universo). Por supuesto, a las personas de tu entorno a la que no puedan manipular, tratarán de quitárselas de en medio, sea atacándolas, creando malos entendidos contigo o logrando que tú las desprecies. 

 

 

De persona a zombie 

 

Como persona empática, cuando estás en una relación con un monstruo y el maltrato es todavía leve, te irás convirtiendo en un zombie y sin apenas energías para mantenerte en pie. Para continuar siendo el centro de todo, el monstruo te hará creer que tu vida no es tan importante, que tus problemas no son nada en comparación con los suyos. Progresivamente, irás dejando a un lado tu propia existencia para volcarte en la relación de lleno. Para lograr todo esto, primero debe aislarte y hacer que te centres en él/ella. 

 

Poco a poco creará conflictos, peleas o silencios prolongados de los que te hará sentir culpable (y lo creerás). El trastornado no explicará nada, alimentando tu idea de que estás haciendo algo mal. Y, de vez en cuando, hará un refuerzo intermitente como el que le tira una galletita a un perro abandonado. 

Este tipo de conductas acaban provocando cosas como:  

  • Pérdida de peso exagerada y en poco tiempo (20 kilos en cuatro meses… guau, ¿no? Pues no, no tiene ninguna gracia). 
  • Aumento de peso exagerado.  
  • Aparición de vicios. 
  • Descuido del aspecto físico y la higiene. 
  • Aumento del sentimiento de culpa. 
  • Desplome de la confianza en uno mismo. 
  • Y, conforme avanza el ciclo de abuso (maltrato/triangulación), se pueden llegar a tener pensamientos suicidas recurrentes.  
  • Secuelas físicas notorias: la mirada se va apagando, la energía se va, la alegría desaparece, no hay ganas de sonreír, ni de hacer cosas, ni de nada…, sin entender por qué.  
  • Puedes incluso padecer enfermedades como migrañas, ataques de ansiedad que sólo se pueden controlar con fármacos o problemas digestivos.  

 

El trabajo ha sido tan fino que el perturbado ha devastado a una persona llena de energía con tanta sutileza que esta no se ha dado cuenta. Sin embargo, tu intuición te ha gritado desde casi el principio que algo no estaba bien en tu relación idílica, de ahí que el cuerpo físico empiece de manera temprana a manifestar esta respuesta. 

 

 

Zombie emocional  

 

Al final de la relación, estás tan destruid@ que pareces un auténtico no muerto: no sabes quién eres, ni dónde estás. Si quieres salir de ese estado es muy posible que no sepas ni por dónde empezar. Sufres estrés, desorientación, ansiedad, amnesia perversa (en la que se olvida del daño que te han hecho), culpabilización, muy baja autoestima, te cuestionarás qué ha pasado en realidad, o entenderás nada de nada y sentirás un montón de cosas más que te harán muy difícil quitarte al perturbad@ de la cabeza.  

 

En resumen, estás vacío por dentro porque tu pareja narcisista o psicópata te ha absorbido todo esto y te ha convertido en un zombie emocional. (Soyyyyy un zoooombie, me han robado la energíiiiiiiia). El trastornado te ha dejado porque estabas en este estado y ya no eras capaz de reaccionar de manera positiva o negativa. Y resulta gracioso porque este es el estado al que el monstruo te ha llevado tras su maltrato.  

 

La buena noticia: semanas después de el descarte narcisista, este estado empezará a desaparecer. Es un proceso lento, pero acaba sucediendo, siempre y cuando mantengas un estricto contacto 0 o establezcas una estrategia de muñeco de cera como alternativa. 

 

 

Vida más allá del monstruo 

 

Lo que quiero que te quede claro, psicopkiller, es que esta gentuza es como una enfermedad. En el momento en que desaparezcan de tu vida y rompas lo que sea que tengas con ellos, empezarás a recuperarte, volverás a tener ganas de vivir, de arreglarte, de hacer cosas. Retomarás las tareas y actividades pospuestas, e incluso podrás dedicarte a algunas nuevas que también te motiven. 

 

Las relaciones auténticas las acabarás recuperando. Los amigos de verdad te comprenderán y volverán a ser tus amigos como si nada hubiese pasado, y la familia te terminará comprendiendo. Puede que pierdas algunas relaciones personales, sí, pero si no puedes recuperarlas porque se nieguen a hablar contigo o no te den la razón, es porque siguen siendo zombies al servicio de tu ex-monstruo o porque, simplemente, son personas que no merecen la pena. 

 

La pareja narcisista no le sienta bien a nadie. Créeme, estás mucho mejor sin el monstruo. Así que, si vuelve o te encuentras con uno nuevo, no te dejes transformar en zombi emocional y… 

¡CORRE! 

No estás sol@

Psicopsiquis somos tod@s

C.R.F. Superviviente al apocalipsis narcisista.