Hola, mi nombre es E.F y quiero contar mi historia de horror con mi psicópata sádico personal. Lo conocí cuando yo tenía 40 y llevaba dos años divorciada del padre de mi hijo. Me mudé a otro pueblo a una casa que es de mi abuela y estaba feliz con mi hijo, trabajo y amigas. Al personaje lo conocí en un negocio donde yo iba de vez en cuando y comenzamos a hablar y conocernos, dentro de una de las conversaciones me dice que tiene 30 años, bueno más joven… no pasa nada! y así poco a poco empezamos a hablar por wasap y unos días después quedamos a tomar algo. A partir de ahí comenzó a adorarme, era todo fantástico, salíamos todas las noches, siempre que yo no tuviera a mi hijo, siempre estaba en mi casa (en principio cuando no estaba mi hijo) toda la noche hablando, riendo, contándonos cosas… si es cierto que ya desde el principio triangulaba con una ex, que según él, le escribía todas las noches para hablar un rato, y con algunas de sus clientas, el 90% de sus clientas son chicas (hace piercings). No parecía importarme ya que yo no quería nada serio pero si le tuve que advertir un día que si quería una relación abierta me lo dijera o si quería que fuera cosa de dos, me contestó que lo último, que una relación de dos, y bien ahí empezó la cosa.

 

Él era el ser más adorable del mundo, hacíamos justo lo que yo siempre había soñado, todos los fines de semana salíamos, hacíamos pequeñas escapadas, se levantaba y venía a mi casa a recoger a mi hijo para llevarlo al cole… me hacía regalos a mí y a mi hijo, me decía que yo era lo que siempre había querido una mujer mayor que él y con un hijo, ya que él no quería tenerlos, me escribía poemas y me los dejaba en el portal de mi casa, me enviaba canciones, compró dos anillos iguales, se ofreció a mediar con el padre de mi hijo cuando había algún problema con este, ya conociendo a mi hijo lo llevaba al acuario, a comer, al cine, le regalaba cosillas, se pasaba el día haciendo fotos (en los primeros 6 meses teníamos más de 3000 fotos)…bueno todo amor y fantasía. Una frase muy suya y que me decía con frecuencia era que yo era la luz de sus ojos que iluminaba su camino, y que gracias a eso se sentía muy afortunado. Ya empezó un día a decirme que no dormía bien porque tenía que dejar la casa y no sabía que hacer, que los alquileres están muy caros y estaba muy afectado, el caso es que no sé como, me veo haciendo la mudanza de sus cosas a mi casa. Yo no pagaba nada puesto que mi abuela me ayudaba mucho, pero mi familia consideró que si él se mudaba con nosotros debíamos hacernos cargo de los gastos básicos. Al principio todo perfecto, él me decía que yo pagara los gastos y él se hacía cargo de la comida.

 

Parecía que la cosa funcionaba.

 

Unos 3 meses después de vivir con nosotros me confiesa una cosa, y es que me había mentido con la edad, no tenía 30…tenia 25!! eso fue como un jarro de agua fría, pero llegamos al acuerdo de seguir y no decir a nadie la edad ya que a él parece que siempre le importó. A mi en privado me decía que no, pero me pidió que no se lo dijera a nadie. Bueno, continuamos, todo parece bien. Un día me confiesa entre lágrimas que su padre es un maltratador que pega a la madre y por eso no quiere que conozca a su familia. Que más de una vez se ha tenido que poner entre los dos y que su casa es un infierno. Así que mejor que nunca vaya a casa de sus padres y no los conozca. Me cuenta que debido a los problemas con su familia tuvo problemas con las drogas y con la autoridad por algunas cosas que había hecho en el pasado, como pegar a un policía, robar dentro de un coche de policía, y se sentía orgulloso de ello y lo contaba sin ningún problema.

 

Pero a la vez me decía que eso era una etapa pasada, que ya estaba muy bien y no quería volver al pasado. También me contó que los padres, lo llevaron a un psicólogo por los problemas que causaba, tanto legales como con las drogas. A mi no me gustaba nada ese pasado, pero pensé que todo el mundo se merece una oportunidad y que ahora estaba más centrado y con ganas de trabajar y salir adelante. No tomaba nada, no fumaba y sólo tomaba una copa de vez en cuando. Pasa un tiempo y viajamos, salimos, el hace las tareas con mi hijo… y de repente empieza a cambiar, y coincide su cambio en el tiempo cuando mi padre es ingresado por un cáncer de colon y tiene que ser operado. Nosotros llevábamos juntos un año y medio más o menos. El día que mi padre es ingresado me deja sola y se va al pueblo de los padres ( a 1 hora 30 de mi casa) porqué tenía fiesta familiar y había quedado con sus amigos para comer. Recordando y uniendo cabos, si es verdad que una vez al mes se iba a casa de los padres para pasar allí el domingo y el lunes trabajar en un pueblo cercano y ya regresaba por la noche. Cuando estaba en la casa familiar, desaparecía, es cierto, que casi no se comunicaba conmigo, solo un mensaje de «ya he llegado» y poco más. Esta actitud conmigo trajo alguna bronca, porqué yo le preguntaba que qué pasaba? una llamada por la noche de buenas noches para contarnos como había ido el día, o para preguntar como estaban los animales que tenemos en común…no sé, el caso es que siempre ocurría lo mismo. Una de las excusas que me ponía era, que ya que estaba allí pasaba el mayor tiempo posible en familia y que casi no cogía el teléfono (cosa muy rara ya que en casa estaba todo el día con el en la mano) y extraño el pasar todo el día en familia con la de problemas, que según él, tenían. La verdad es que el tema de su familia nunca lo he tenido muy claro y siempre ha habido un nubarrón sobre el tema.

 

Bueno resumiendo… A partir de aquí comienza el infierno:

 

Mi padre cada vez estaba más grave y sus comentarios eran: Son cosas que pasan, la vida es así, si mis padres se mueren me da igual, es más ojalá se mueran y me cae un dinero del seguro.

 

Empezó a tontear con otras chicas, a hablar con una ex, estaba todo el día con el teléfono. Hablaba con ellas y borraba las conversaciones. Como se puede uno imaginar con el trabajo que tenía tengo historias para aburrir. Tenía una chica en cada estudio donde iba. Me convertí en una espía 24/7, me estaba volviendo literalmente loca.

 

Me dijo que estaba obsesionado con las pelirrojas, y como no, con las chicas con las que hablaba eran de ese perfil. Yo le decía que si tanto le gustaban las zanahorias que hacía con una rubia, entonces me contestaba…Me gustas Tú! y te quiero a ti, si claro, pero no paraba de dañarme y cada vez que podía metía el dedo en la herida.

 

Me hablaba constantemente de sus ex y aprovechaba cada pelea o discusión para compararme con ellas. Llamándome inmadura, que pensaba que yo por ser mayor a las demás iba a ser más madura y más mujer. Que al final todas somos iguales .

 

MENTIROSO ENFERMIZO! Creo que nunca ha dicho tras palabras seguidas que fueran verdad, me dijo que también le gustaban los chicos, que incluso tuvo una historia con un amigo suyo y que había sido con el único que había ido paseando de la mano por la calle, que había hecho un trio con otro amigo y una chica…y luego al tiempo empezó a negármelo todo, hasta tal punto que se metía con los gays y decía que le daban mucho asco.

 

Que él había vivido solo desde los 19 años y se había mantenido así mismo, cosa que con el tiempo supe que era mentira. Siempre ha vivido con los padres hasta que se vino a trabajar a este pueblo con 25 años.

 

En este tiempo me dijo un día, que el era capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quería. Que acostarse con alguien es fácil, solo… no lo mires a la cara!

 

Me decía que él nunca había querido a nadie, que él no sabía que era eso del amor (la verdad es que viéndolo desde la perspectiva y con lo que sé ahora, me daba muchas pistas…)

 

Empezó a tomarla con mi hijo, me dijo, que si a mí no me gustaban sus redes sociales a él no le gustaba mi hijo, y que ya no iba a comprar comida para él.

 

Se levantaba los fines de semana a las 2 o las 3 de la tarde, para no hacer nada y no pasar tiempo con nosotros, cosa que me confesó más tarde.

 

Empezó a meterse con mi físico, que si había engordado, que echaba peste a tabaco, que no le gustaba mi acento andaluz, que las andaluzas somos muy gritonas… él es colombiano, que tenía arrugas, que porque no me hacía algo en la cara ya que él me quería siempre joven. Me comparaba con sus clientas, que si hoy ha ido una pelirroja muy simpática y me ha contado dónde vive y bla, bla, bla…

 

Un día que mi padre tenía que entrar a quirófano de urgencia, y los médicos pensaban que era muy posible que no saliera de esta, estaba preparándome en mi habitación para irme, él estaba tumbado en la cama con su teléfono y me dijo » eres vieja y esto no es lo que yo quería, una vieja con un hijo» le dije , no es el momento, y ¿ahora te has dado cuenta de que esto no es lo que quieres? pues vete, y me contestó: «no me voy, porque esto es lo que me toca». me dijo «yo no me voy de aquí ni con agua caliente».

 

Un día que estaba en casa de sus padres me llama y me montó un pollo porque no le gustaba mi facebook y me dijo que borrara todas las fotos de antes de nuestra relación y me colgó y estuvo todo un día con el teléfono apagado, claro que para no tener follón y ya que a mi me daba igual le hice caso y eliminé todo.

 

Pero para sorpresa, el si tenía sus redes sociales plagadas de fotos con sus ex y las mantenía a todas como amigas. Me tenía que tragar que sus ex le dieran likes a sus fotos, le comentaran y le enviaran mensajes en fines de semana a las 4 o las 5 de la mañana, cosa que a él le parecía normal. Pero no contento con ello, me dijo que no quería las fotos de mi hijo con su padre en la casa. Yo tengo todos los álbumes de fotos de mi hijo desde que nació y los tenía guardados en el mueble del salón, y me dijo que los rompiera todos. Evidentemente le dije que NO y por miedo a que les hiciera algo, los escondí en el armario de mi hijo.

 

Cuando intentaba hablar con él de lo que me estaba haciendo, me decía «tú te callas la boca y punto» y me amenazaba con irse de la casa, de hecho preparaba sus cosas y hacía el amago de irse y yo como una imbécil le suplicaba que no lo hiciera.

 

Un día con el teléfono en la mano empezó a decirme que sus clientas eran muy guapas y que le hablaban mucho, le dije que soltara el móvil y me escuchara, que me estaba haciendo mucho daño y empezó a reírse, entonces intenté quitarle el teléfono de las manos y me cogió del cuello me lanzó sobre el armario y de ahí a la cama ahogándome, se echó encima mío y empezó a ahogarme y pensé que me mataba! le pedía que me soltara y cuando lo hizo me dijo que me lo merecía. Yo no paraba de llorar y le pedía que recapacitara y no paraba de repetirme que me lo merecía y se reía. Le dije que tenía un problema y que debería ponerle solución, me contestó que lo sabía pero que si quería solucionarlo que le pagara yo el psicólogo puesto que la que iba a sufrir las consecuencias era yo.

 

Otro día se encerró en el baño con el móvil y vi que estaba conectado, cuando salió le recriminé que se encerraba en el baño para hablar, que no lo hiciera, y cogió un cuchillo y me amenazó.

 

En otra ocasión me lesionó un dedo de la mano, que a día de hoy y después de tres años, lo tengo mal y me rompió mis gafas graduadas.

 

Empujones, amenazas, me tiraba el móvil a la cara, me llamaba Control, burlas…

 

Algo muy interesante, es que, nunca se acordaba de las broncas. Después de todo lo que liaba, ya que provocaba las broncas, como más tarde me confesó por aburrimiento y para ver lo que pasaba, se quedaba durmiendo tan plácidamente y cuando se levantaba nunca se acordaba de nada. Siempre me decía que es que yo pensaba demasiado, «mírame a mi yo siempre estoy bien porque se me olvidan las cosas» «el día que confíes en mi nos irá bien» y esta frase que me mataba… «ya pasó»

 

Nunca quería quedar con nadie. Si venían mi hermana y mi cuñado que viven fuera, nunca quería quedar con ellos. No quería que quedara con mis amigas para un café, les caía todas mal, eso si, si necesitaba un favor de ellas, entonces me pedía que mediase para que se lo hicieran. Pero nunca agradecía nada.

 

Nunca me presentó a sus amigos. No conocí a nadie de su entorno.

 

Una Nochebuena se quedó solo en casa porque no quiso venir a cenar con mi familia pero tampoco se quiso ir con la suya. Me fastidiaba todos los días festivos y domingos, no quería salir ni hacer nada. Sólo dormía y teléfono. Todo esto dejándome de hablar durante todo el día y sin saber porque.

 

Me daba cuenta que las broncas le producían felicidad, porque se le veía en la cara que disfrutaba, de hecho yo se lo decía, que cuanto peor me veía el a mi más feliz lo veía yo a él.

 

Cuando yo le recriminaba su actitud él se metía con mi hijo, llegó a llamarle «maldito niño», esto es lo que más me pesa a día de hoy, como no supe reaccionar y mandarlo a la mierda, pero estaba anulada, no me reconocía a mi misma, me miraba en el espejo y era un zombi, no dormía, me pasaba las noches llorando, el día llorando, sin fuerzas, y pidiéndole empezar de nuevo, recuperar lo bonito que teníamos, preguntándole que había pasado que no entendía nada. Sus respuesta eran » eso ya no va a volver, esto es lo que toca y punto».

 

5 meses después del ingreso de mi padre y después de pasarlo muy mal, ya que nunca más volvió a despertar desde el 23 de agosto que fue operado por primera vez, el 23 de diciembre de 2019 fallece. El sujeto no viene conmigo al velatorio y le prohíbe expresamente a su madre que venga. Yo todavía y después de más de 2 años de relación aún no conozco a su familia. El sigue a lo suyo, con sus conversaciones por redes, diciéndome lo guapas que son sus clientas y lo poco que valgo yo.

 

Nunca me cogía el teléfono y en muchas ocasiones no contestaba los mensajes.

 

Me dijo que yo necesitaba un psicólogo para que me tratase.

 

Cuando intentaba hablar con él para solucionar las cosas, me decía que le producía dolor de cabeza.

 

Yo sí que sufría dolores de cabeza, tales que necesitaba acostarme después de tomarme un montón de pastillas, y cuando me veía así me decía «poooobre estás así por mi» riéndose.

 

Cambios de humor repentinos, pasaba de ser el ser más bueno del mundo a de repente, el más cruel.

 

En los últimos tiempos sólo era amable conmigo y practicaba sexo cuando bebía, que lo hacía de forma compulsiva. Por ejemplo, salíamos a tomar un helado con mi hijo, entonces se podía tomar 4 o 5 margaritas muuuuy cargados y 3 o 4 chupitos grandes de tequila.

 

Le molestaba verme en pijama o con ropa cómoda en casa, decía que debía vestirme bien para gustarle.

 

Un día después de hacer el amor, me dijo que mi vagina estaba abierta y vieja, claro que me enfadé mucho y le dije que era una falta de respeto, como siempre me dijo «no he dicho nada malo» este era su mantra, siempre me decía «yo no he hecho nada malo».

 

Estando conmigo provocó 3 choques con el coche para sacar dinero a los seguros. Me daba pánico ir en el coche con él porque nunca sabía lo que podía hacer.

 

Timaba a sus amigos para sacarles dinero, eso era lo que me contaba.

 

Nunca me ha consolado, nunca un abrazo, un beso una palabra de aliento y tranquilidad, si yo estaba mal, por el motivo que fuera, él se ponía con el teléfono o a ver la tv, y me ignoraba. Empatía 0, reciprocidad 0, implicación 0.

 

Me llamaba paranoica, celosa y controladora. Había ocasiones en el que me llamada, en vez de por mi nombre por el de Control.

 

Siempre me ha mentido con el dinero, tenía una cuenta secreta donde ahorraba, me enteré mucho después, el sólo ponía 200 euros para comida y el resto lo pagaba yo. Hubo unos meses dónde yo me quedé sin trabajo y no podía hacer frente a todo, y le dije que necesitaba pagar los gastos de la casa que no quería problemas con la familia, y su respuesta fue, que ya aportaba 200 para comida y que el resto era para sus pedidos y sus cosas. Le dije que si mi familia se enfadaba nos podían echar y su respuesta fue » me da igual, yo me voy a casa de mis padres». Aquí fue donde ya no pude más y le dije que se fuera. Una tarde de domingo, justo después del confinamiento, finales de mayo. Pegó un salto de la cama y en menos de una hora había recogido todas sus cosas y había salido por la puerta. Lo vi contento y feliz, pensé que lo había liberado. A las 2 horas empezó a llamarme compulsivamente, yo lo ignoré por completo y esa noche dormí como un bebé. A la mañana siguiente me sentía bien y liberada pero empezó a llamarme para ver cómo estaba y seguidamente a enviarme mensajes interminables, pidiendo perdón que lo sentía mucho, que le diera una oportunidad, que había sido un tonto, que le había contado todo a su madre y que ésta le había dicho que lo había hecho muy mal, sobre todo con lo de mi hijo… me envió un osito de peluche con una nota, me enviaba canciones.

 

En esa semana vino a verme, el miércoles para tomar un café y más de lo mismo…que éramos almas gemelas, bla bla bla muy insistente, mucho. Llamó a mi madre para pedirle disculpas por el comportamiento con mi hijo. Yo pensé: «y si me estoy equivocando? todo el mundo merece una oportunidad!» y así lo dejé volver y ese jueves volvió a casa. Comenzó otra luna de miel pero a los dos días, le pillo en Instagram que había buscado a una chica que había sido clienta suya y a la que, bajo petición mía, un tiempo antes le paró los pies, ya que esta era una de las que le enviaba mensajes a horas extrañas y con la que no me gustaba el trato preferente que tenía con ella. Le pregunté el porque la había buscado y su respuesta fue: » estaba tan desesperado por estar contigo que quería un piso junto a ti y así volver a conquistarte por eso se me ocurrió hablarle a ella, que es de allí de toda la vida (cosa que no es verdad, es rumana de 22 años y trabaja en un bar) para que me ayudara y la verdad es que se ha portado muy bien conmigo. A mí todo me sonó a mentira, ya que con la de gente que conocía por su trabajo, no tenía necesidad de ponerse en contacto con esta chica y más sabiendo que nos había traído problemas a la relación. Me contó que la noche que lo eché de casa se fue llorando a casa de sus padres y que cuando llegó se bebió más de media botella de whisky y no recuerda nada más.

 

Sólo sé que en el perfil de esa chica había unos cuantos likes de él en fotos muy ligera de ropa. El caso es que quise creerle y continuamos la relación, más de lo mismo!!! todo muy bien los primeros meses pero vuelta a lo de antes, mal rollo, me dejaba de hablar, cada vez trabajaba menos, se pasaba el día con el móvil, dejó de ingresar dinero, ya compraba yo todo, comida gastos de la casa…y él lo poco que ganaba lo invertía en su trabajo y en pagar su coche. Y aún así me llega un día y me dice que se va a comprar una moto, que es su sueño y que la quiere. Bueno yo monto en cólera y no me puedo creer que otra vez me esté viviendo en esta situación. Así le volví a decir que se fuera y una vez más lo eché de mi casa. Finales de enero 2021. Volvió a casa de los padres pero pocos días después volvió montando el espectáculo, llorando como un niño chico, diciendo que no puede vivir sin mí, que por favor que le ayude a ser mejor persona, que todo va a cambiar, que va a buscar un trabajo con nómina y va a dejar los piercings y las redes sociales por nosotros, que volvamos a empezar de 0, que ama a mi hijo y me ama a mí…bla bla bla… que quiere un futuro con nosotros como la familia que nunca ha tenido, yo le digo que vale! pero que a mi casa no vuelve, que se quede en casa de los padres y trabaje allí, y que nos podemos ver los fines de semana. Que demuestre que todo es verdad y ya veremos. Así lo hizo, trabajaba en una cristalería entre semana y los fines de semana se venía a mi casa.

 

A todo esto, yo a mi familia y mejores amigas le estaba ocultando que había vuelto con él, ya que me habían advertido que este tipo no era trigo limpio, y eso que no sabían lo de los malos tratos, ni la mitad de humillaciones que me había hecho a mí y a mi hijo. Pasan los meses y los fines de semana estaban muy bien porque venía con mucha alegría, decía que la semana se le hacía interminable y que nos echaba mucho de menos. Se quitó las redes sociales, cosa que no me pareció bien porque eso yo sabía que traería problemas, dejó los piercings y trabajaba a nómina. En mayo le detectan un problema en el riñón, se da de baja en la empresa y no sé como, de verdad que no lo sé, se instala de nuevo en mi casa. Y otra vez lo tengo viviendo aquí. Sin trabajo, de baja y con el problema médico. Yo empiezo a comerme los marrones de nuevo de gastos de la casa, comida y el todo el día tumbado con el teléfono en mano y quejándose de la enfermedad. Yo me como su operación y de nuevo empieza a tratarme mal, dejar de hablarme, a decirme que le molesto.

 

Pero a la vez no para de decirme que soy la única que le entiende y lo apoya, ya que sus padres pasan de él, que no lo escuchan, que no se toman en serio su enfermedad, que le hacen más caso a su hermano que a él, que siente que allí molesta, que mi hijo y yo somos su auténtica familia…

 

Hasta que un buen día, en julio, coincidiendo con el cumpleaños de mi hijo, me dice de repente que se va!! Que se va a casa de sus padres que son los únicos que hacen algo por él, ya que yo no lo hago. Que no lo cuido como se merece. Que va a volver a su trabajo de piercings, que se va a abrir de nuevo las redes sociales y que no quiere saber más nada de mí. Me confiesa que lleva un par de semanas planeándolo, y que se ha dado cuenta que prefiere volver a su vida de antes. Me confiesa también, que el tema del padre maltratador era mentira, que su padre es muy buena persona y que nunca le ha puesto una mano encima a su madre. Que no sabe ni entiende porqué se había inventado esa historia. Una de las razones que me da es que tanto yo como todas sus ex, siempre queremos conocer a la familia y que eso el no lo soporta, y que cree que por eso me contó todas esas mentiras, para que se me quitaran las ganas de conocerlos. Ya que su intención era que yo nunca pisara la casa de sus padres. Empieza a preparar las maletas y todas sus cosas y se planta delante de mí y me dice que le doy pena porque está seguro que lo voy a pasar muy mal sin él, que no voy a poder salir adelante sin su ayuda y que en el fondo no sabe qué hacer si irse o no. Yo me armo de valor y le digo que se vaya y que le vaya bien. A mí me parece muy bien que quiera volver a su trabajo de antes pero yo ya no puedo más y no pienso pasar por lo mismo que he sufrido tiempo atrás. Unos días después envía a un transportista para que recoja el resto de sus cosas y yo doy por finalizada la relación. Lo bloqueo de todos sitios y hecha polvo sigo con mi vida.

 

Unas dos semanas después de esto empiezan a llegarme llamadas bloqueadas de su número, unas 20 en cuestión de unos minutos, insistió muchísimo, decido desbloquearlo y le contesto y le digo: dime que quieres. Bua! llorando que acaba de salir del médico que por favor le escuche, que no tiene a nadie más, que le pusieron el catéter pero que cuando lo operen se tendrá que tirar un par de meses con una bolsa, que no sabe qué hacer, que se va a morir, que yo soy lo único que tiene, que su familia no lo apoya que no lo quieren, que se ríen de él… que esa no es su casa ni su familia, que nunca ha considerado esa su casa, que no se ve de la familia y que si puede venir a verme y lo hablamos en persona. Me da mucha pena y accedo a que venga, a la hora y pico está aquí y salimos a tomar algo y hablar. Pensé que no podía ser tan mala persona y dejarlo tirado en esos momentos tan difíciles, así que le dije que sí que volviera y que saldríamos de eso juntos. Como no, yo sigo ocultando la relación, pensando que si todo va bien, puedo decirle a mi familia y amigas que hemos estado como amigos todo ese tiempo, pero que ahora nos habíamos dado otra oportunidad. El está cobrando la baja por enfermedad y pide un préstamo para sacarse el carné de camión, otro para arreglarse los dientes, empieza a comprar cañas de pescar para irse ve vez en cuando a pasar un rato… Yo me veo de nuevo en la misma mierda!!! El parásito vuelve a estar en mi casa, solo son buenos los dos primeros meses después de volver, luego todo empieza de nuevo. Ya no ayuda en casa porqué le duele, ya no quiere salir porqué le duele, está todo el día de la cama al sofá porqué le duele. Todo gira en torno a él y su enfermedad, que la tiene, pero no es tan grave y se aprovecha de ella para tensar más la cuerda.

 

De nuevo sólo una compra de comida al mes de unos 150 euros, ya bajó la cuantía y yo haciéndome cargo de luz, agua seguro de la casa, comunidad, ibi, basura y compra de comida, ya que con 150 no se come todo un mes.

 

El sólo iba de la cama al sofá y del sofá a la cama, con el teléfono en la mano.

 

Empezó a meterse con mi madre, que si era muy pesada ya que me llamaba cada dos días para saber como estaba. ( mi madre vive en otra ciudad a 3 horas)

 

Que él me quiere tanto que si yo le fuera infiel me perdonaría.

 

Empieza a gastar dinero en tonterías, en artículos de coleccionista de Bola de Dragón, se compra una pistola de aire comprimido, unas gafas de sol nuevas…y yo mientras pidiendo dinero a mi madre para poder llegar a fin de mes.

 

Se ríe de los defectos de los minusválidos.

 

Se sentaba en un rincón del sofá con el teléfono y no hablaba en toda la tarde.

 

Mi perro le tenía pánico, cuando el Ser se levantaba, mi perro siempre venía detrás de mí asustado. Ha llegado a empujar a mi perro más de una vez, le molestaba.

 

Era imposible juagar a nada con él, monopoly, cartas…siempre hacía trampas!

 

En los últimos tiempos ya no me cogía la mano por la calle. También había días que no me daba ni un beso, simplemente vivía en mi casa a cuerpo de rey.

 

Cuando salía ya no se ponía nuestra alianza, ni la pulsera que le regalé en nuestras primeras navidades. Me decía que le molestaban, cosa rara ya que él lleva más adornos que un árbol de navidad.

 

Ya desde hace tiempo no se hace fotos conmigo ni con mi hijo. Hace unos meses estuvimos en el Acuario y ni una sola foto y en el Minihollywood tampoco. Todo el día con la cara de acelga y sin hablar. Cuando estábamos en estos dos sitios, él iba como separado, no parecía que fuera con nosotros en algunos momentos. Y como no, con cara de enfado y sin hablar.

 

Nunca se acordaba de mi cumpleaños ni de nuestro aniversario.

 

Algo súper curioso, a ver si lo sé explicar: Él es de Colombia y se vino aquí con 15 años, pues vale, él tiene acento, pero no muy marcado ya que en el instituto se relacionaba con amigos españoles y en su día a día también. Vale, pues cuando hablaba con su familia, se le iba por completo el acento con el que yo le escuchaba todos los días y hablaba muy colombiano, como sus padres. Se transformaba por completo.

 

Se le perdió una bolsa con unos pendientes y me acusó de que yo se los había tirado.

 

Suma y sigue… El día que ya decido dejarlo definitivamente fue por más de lo mismo, y empezó a mirarme con cara de odio y a cerrar el puño. No pude más! me dio pánico! No quería volver al tiempo donde le tenía miedo, miedo a que me hiciera algo o a mi hijo. Bien! ya llevo poco más de un mes de contacto 0. De verdad que estoy muy feliz de haberle dado la patada. Han sido casi 5 años de auténtica pesadilla, también hemos pasado momentos buenos, pero tengo claro que sólo por mi parte, ya que para él fue todo un juego psicológico.

 

NO pienso ni por un solo segundo volver con él, no he echado ni una lágrima. He borrado todas las fotos con él, he tirado todos los regalos que me hizo, he borrado todos los mensajes, lo he bloqueado de todos sitios, también le he dicho a una amiga que tenemos en común que no me hable de él, ya que esta me escribió para contarme que el Tipo se había puesto en contacto con ella por Instagram para ir a su estudio a hacer piercings jajaja. Le he avisado que la próxima vez que me mencione al Tipejo la bloqueo a ella también. Es difícil salir de esto, ya que la sensación que te queda es de haber sido una tonta estúpida por no haber puesto límites, sobre todo con mi hijo, pero hay que vivirlo para poder entender lo que pasa. Este tipo de personas te anulan por completo, dejas de ser tu, dejas de quererte como persona y cada vez te ves más pequeña y hundida sin salida a lo que estás viviendo.

 

Yo me dormía llorando y me despertaba llorando, y me decía a mi misma: ¿Qué necesidad tienes de aguantar esto? Pero no sé cómo, no tenía fuerzas para cortar. Desde hace mucho tiempo, sabía que sólo me quería por mi casa. Vivo en un buen sitio Aguadulce Almería, y es un chollo tener todo esto por una compra de comida al mes, como ya he explicado antes, pero no quería reconocer que todo era mentira…siempre me decía: Como no te voy a querer? Hubo un tiempo que deseaba morirme, recuerdo el dia que nos llaman los médicos y nos dicen que a mi padre le quedan dias y no se puede hacer nada por él. Lo llamé y le conté lo que los médicos y psicólogos nos habían dicho y su respuesta fue algo así como: Bueno, no pasa nada, que se le va a hacer? Son cosas que pasan y automáticamente empezó a hablarme de su trabajo y que iba a salir a comer. Me ignoró por completo. No se me permitía llorar a mi padre en mi propia casa porqué me llamaba débil y decía que no entendía a que venía tanto drama. Un horror!! Y bueno, esta es mi historia. Ahora si estoy llorando, por primera vez desde que le he puesto fin. Pero lloro por mi, he leído todo antes de enviarlo y no me creo a mi misma que haya sido tan fuerte como para aguantar todo lo que estoy escribiendo y eso que está todo muuuuy resumido. Tengo historias para aburrir. Si mi historia sirve para algo, para ayudar a entender a estos seres del infierno, o ayudar a otras víctimas, aquí la tenéis. Un saludo muy fuerte y gracias por todo el trabajo y ayuda que me habéis dado.